EL
LEÓN Y EL ZANCUDO.
Había una vez un
zancudo que volaba por los aires de una grande y agradable selva con su ruidoso
zumbido. A lo lejos, miró a un león tan grande como un toro que estaba
durmiendo, y a este se le ocurrió descansar en la oreja del león. Entonces el
león se despertó y muy molesto,-¿Quién
ha interrumpido mis sueños con su molesto ruido?-, fui yo- contesto el zancudo-
y ¿Quién te crees para llegar a molestarme de esa forma?,-replicó el león-, el
zancudo contestó-, soy un humilde zancudo al que si sigues insultando te pondrá
una lección, el león estalló en risas y le dijo al zancudo- lárgate de aquí,
que no vez que de un rugido puedo matarte- pues si te sientes muy capaz de
hacerlo te reto a una batalla-respondió el zancudo. El león en tono de burla le
dijo al zancudo,-claro que acepto, búscate a tus aliados para la batalla y yo
llevaré a los míos, y te espero en el llano a las diez de la mañana para la
pelea. El zancudo se retiró y pidió ayuda a sus amigos los avispones y a la
abejas, mientras que el león llamó a los feroces tigres, las sangrientas
hienas, a los temibles jaguares, a los astutos pumas y a las gigantescas
panteras. Y al día siguiente se reunieron. Entonces el león dijo al
zancudo-¿Estás listo?,-el zancudo contesto,-si lo estoy. Entonces comenzó la
batalla y salieron todos a su encuentro las miles de avispas sobre los cientos
de bestias y las avispas picaron por todas partes a las bestias mientras que
ellas no podían hacer nada con tan diminutos y rápidos insectos. En unos pocos minutos los aliados del león
suplicaron tregua y el león quedó solo y derrotado ante el zancudo.
MORALEJA: NUNCA SUBESTIMES A ALGUIEN POR SU TAMAÑO O SU NIVEL SOCIAL, LAS
APARIENCIAS SUELEN ENGAÑAR.
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